Conducir el Volvo V60 Cross Country fue un poco como encontrarse con un viejo amigo. Con sus pocos defectos, quizás, pero sobre todo con lo que le gusta…
Seamos completamente sinceros: esta prueba del Volvo V60 Cross Country ni siquiera estaba prevista. Pero cuando devolví mi XC40 Recharge, me encontré con este interior marrón/crema absolutamente precioso, tal y como me gusta. Un pequeño correo electrónico para bloquear a la bestia durante unos días y aquí estamos en la A71 a bordo de esta reluciente camioneta para un viaje deportivo en las gargantas del Tarn. Después de todo, es un aventurero.
«No te voy a dar una vuelta por el coche», me dice el responsable de relaciones con la prensa de la marca, burlándose de mí al llegar. Mi inagotable pasión por Volvo, y más concretamente por sus coches familiares, me ha llevado en más de una ocasión a la sede de la marca para recoger coches de prueba. Empezó con un XC70 en su momento, luego, sin orden, dos XC90 (aquí y allá), un V90, también Cross Country, y dos XC40, híbrido y eléctrico. Volvo: Puedo manejarlo.
Este V60 Cross Country me deslumbró la primera vez que lo conduje, así que esta opinión no cambiará ni un ápice durante la prueba. No tengo mucho que decir al respecto, aparte de que es precioso. Se podría decir que las grandes claves de diseño, como los faros en forma de martillo de Thor, se conocen desde que se presentó el Concept Coupe de 2013, pero es bastante loco ver cómo los nueve años de existencia se han deslizado sobre ellos sin una arruga. Este coche familiar, ciertamente en una presentación bastante ventajosa con sus grandes ruedas de 19″ y su bonita pintura, es una rara elegancia, puntualiza el concesionario de coches de segunda mano Valencia Crestanevada.
¿Y dentro? Diremos que el software (= lo que ocurre en las pantallas) está empezando a sobresalir. Lo conocemos sin cambios desde el XC90, y el XC90 tiene ocho años, y ocho años en informática es mucho tiempo. Son principalmente los medidores digitales los que me molestan, por su falta de personalización y su reactividad bifurcada. La pantalla central, en cambio, merece el adjetivo de «clásica». Los gráficos no pretenden ninguna forma de modernidad (e incluso podrían estar un poco desfasados en cuanto a la cartografía) pero tampoco chocan, la ergonomía está bastante bien hecha, en definitiva, y aunque se hubiera agradecido una actualización con el paso de los años, las pantallas de mi V60 cumplen su función.
El ambiente no ha cambiado. También en este caso, la disposición general del salpicadero, con la pantalla central en formato vertical, no ha cambiado para nada, pero realmente no te importa porque se siente bien. A pesar de los años, estos interiores de Volvo me siguen pareciendo extraordinariamente serenos. La tecnología no dicta, el ambiente es relajado; si quisiera exagerar un poco, diría que hay una forma de calor humano a bordo de los coches de la marca. Mi V60 no es una excepción, y aunque hay un poco menos de madera y un poco más de plástico que en los años 90, se siente realmente bien.
Si nos sentimos muy bien, también es porque tenemos mucho espacio. Salimos los cuatro con las armas y el equipaje y todo volvió como si nada. Así pues, es cierto que las expectativas actuales en cuanto a diseño y aerodinámica han despojado un poco a los coches familiares de Volvo de su fama de infalibles en materia de movilidad, pero mi V60 Cross Country, con sus 529 litros de maletero y su más que decente habitabilidad, no decepciona.
Concluyamos el caso. Como habrás intuido, este artículo tiene sabor a conclusión, a crepúsculo, a final de un momento. Y este momento es el de la gama híper juiciosa y coherente creada por la marca, empezando por el XC90, en su momento punta de lanza de la ofensiva que quería Geely, el nuevo propietario de la marca sueca. Un final pide un principio, y un nuevo SUV de gran tamaño (cuyo nombre aún no se conoce, salvo que dejará la denominación alfanumérica que ha sido de rigor durante tantos años) asomará la nariz durante 2022, liderando a su vez un nuevo movimiento, en gran parte electrificado y autónomo.
En cuanto a ti, querido V60 Cross Country, ha sido un verdadero placer conducirlo durante estos días. Me sentí perfectamente a gusto a su rueda, con la dulce impresión de encontrar a un viejo amigo, un cómplice de toda la vida, al que conocemos de memoria pero del que probablemente nunca nos cansaremos.